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3/5. La represión en la Dictadura franquista (1939-1975)

El genocidio franquista: asesinatos, torturas y fusilamientos

Desde el mismo momento en que se produjo el golpe de Estado se generó una enorme ola de violencia, propiciada en gran medida por el ejército sublevado, la Iglesia y los grandes terratenientes. Esto provocó el asesinato de más de 100.000 personas de manera extrajudicial, que fueron enterrados en cunetas y montes de todo el país.

Durante la dictadura franquista se generó un proceso de violencia legalizado, a través de la justicia militar, que llevó al fusilamiento a de, al menos, otras 200.000 personas más tras juicios sin ningún tipo de garantía.

Román Mourín López (1917) fue un soldado del ejército franquista obligado a participar en medio centenar de fusilamientos.

Las cárceles franquistas

Las cárceles y los campos de concentración repartidos por todo el país fueron otro de los focos de la represión por parte del bando sublevado y de la posterior dictadura franquista. Miles de personas más o menos implicadas con el Estado republicano fueron recluidas en ellas, donde sufrieron condiciones muy duras de hacinamiento; escasez de comida, higiene y ropa; continuas torturas por parte de las fuerzas armadas encargadas de su custodia. Tanto en las cárceles como en los batallones de trabajadores miles de personas tuvieron que participar de un sistema de semiesclavitud mediante trabajos forzados.

Ángeles García-Madrid (1918-2015) fue presa política en la cárcel de Ventas entre 1939 y 1942.

El exilio

Una de las formas de escapar de esta violencia era salir del país, irse al exilio. Durante y después de la guerra, en torno a medio millón de personas lograron escapar a Francia y a América, escapando de la represión ejercida en la Dictadura. Los exiliados y sus descendientes continúan hoy en día formando partes de sociedades como la francesa, la mexicana o la argentina, donde se mantienen organizaciones de descendientes del exilio que provocó la guerra civil.

Felisa Bravo Sebastián (1904-2012) se exilió a Francia al acabar la guerra y nunca más volvió a España. En Francia luchó clandestinamente contra el nazismo.

La represión a las mujeres

Las mujeres vivieron un proceso de represión propio. Fueron sometidas a asesinatos, encarcelamientos, abusos, violaciones y humillaciones públicas. Durante la Dictadura perdieron todos los derechos conseguidos con el gobierno republicano y fueron relegadas casi en exclusiva al ámbito doméstico, dentro de los cánones del más puro sistema patriarcal.

María Martín López (1930-2014) fue torturada periódicamente desde los 6 hasta los 18 años. La obligaban a tomar aceite de ricino y guindillas, lo que le provocaba fuertes diarreas y desfallecimiento.

La represión social: Leyes de vagos y maleantes y de peligrosidad social

Además de esa represión política, la Dictadura ejerció un férreo control de la sociedad, reprimiendo a quienes se salían de las normas morales impuestas por la iglesia católica. Desde personas homosexuales y transexuales hasta personas que habían quedado en la pobreza extrema y se veían abocadas a robar para subsistir, fueron duramente perseguidos durante décadas con mucha violencia.

Eusebio Valderrama Sevilla (1929-2016) fue un artista de espectáculo detenido en varias ocasiones y encarcelado dos veces por su orientación sexual, en 1951 y 1957.

El alcance de la represión

Todavía no se conoce con exactitud cuántas personas fueron asesinadas por el bando sublevado y por la Dictadura de Franco. Se calcula que unas 114.000 continúan desaparecidas, enterradas en fosas comunes, los lugares elegidos por sus asesinos para acabar con su vida. Además, más de 200.000 personas fueron fusiladas tras consejos de guerra y juicios sin garantías. Se continúa trabajando en conocer las cifras del sistema penitenciario, de las que se conocen algunos datos, como que en 1940 había más de 250.000 personas en esta situación. Esta es una labor que historiadores, antropólogos y otros profesionales continúan realizando para conocer las verdaderas dimensiones de la represión.

Concha Carretero Sanz (1918-2014) relata el simulacro de fusilamiento que sufrió en una de sus detenciones.